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Columna escrita por Dafne Paiva, Directora de Fundación Vida.

Mi amigo Sharif Laibe, me regaló un texto digital, llamado “La sociedad del cansancio”, escrito por un filósofo, llamado Byung-Chul Han.

Debo reconocer que fue necesario darle varias lecturas, pues me pareció un relato muy agudo, que me llevó bastante trabajo y varias discusiones familiares para lograr definir su narrativa, así como darles sentido y significado personal a los planteamientos del filósofo.

En consideración con lo anterior, y haciendo una breve síntesis, extraigo lo siguiente del relato:  1. Cada época de la historia se ha caracterizado por poseer su propia “enfermedad”, ya sean de tipo viral, infecciosas, como el cólera y pandemias del siglo XIX, atribuibles a ataques que vienen de fuera de la persona.

2.Con el fin de la guerra fría, la epidemia del siglo XXI se instala en el interior de las personas y se explica como “violencia neuronal”. El afán por producir, ganar dinero a partir de un exceso de producción que va excluyendo el desarrollo personal, emocional, afectivo y social de las personas, ha decantado en una violencia que el sujeto se infringe a sí mismo, y lo ha llevado a sufrir enfermedades como déficit atencional, estrés, enfermedades nerviosas y depresión.Estoy profundamente de acuerdo con Han, en que lo anterior, ha ido creando una sociedad cuya característica profunda, es el “hombre invisible”, el sujeto que ha dejado de verse a sí mismo, porque ha estado tan ocupado de lo que ocurrefuera de él, que se ha olvidado de sus procesos personales, de reflexionar, de darle sentido a su propia vida, auto conducido hacia un camino de invisibilidad, que lo hace parte natural del paisaje, en el que se ha con- fundido y sobreexplotado. Pero eso no es todo: este hombre invisibilizado, se auto sabotea, atrae enfermedades, sufre infartos, se encuentra triste y deprimido. No tiene tiempo para el ocio ni para el aburrimiento, lo que le impiden observar y desarrollar su propia consciencia, se ha convertido en una máquina.El filósofo Han, en su relato, distingue dos tipos de cansancio; el primero, se puede distinguir como un cansancio elocuente, que ofrece la alternativa de mirar y reconciliar; y el otro, el cansancio sin habla, sin mirada, que separa y aísla.En este sentido, es importante considerar, que existe una fuerte responsabilidad de cada persona, por tomar el primer camino: Mirar y reconciliarse con la vida, con la fe, con la consciencia. Llamé a esta nota “La sociedad del cansancio y la rebeldía personal por no ser alcanzado” porque esta pandemia, me llevó por un camino de tristeza profunda, sin embargo, me trajo también tantas lecciones, que me ha obligado a cambiar mi forma de ver la vida, he dejado de autoexplotarme y autosabotearme, y he abierto una puerta que me conduce a disfrutar de los procesos, de la vida, pero sobre todo, a las personas que amo, a mis hijos, a mi familia, a mis amigos.

He tomado un camino disciplinado en ver la vida con fe, en rebelarme a ser parte de la sociedad del cansancio, abriendo oportunidades para hacer el bien, y para recibirlo, porque he aprendido que la vida es un espejo, todo lo que das con amor, vuelve a ti con mucho más fuerza. Esta pandemia también me ha enseñado que no se trata de trabajar para acumular dinero, posesiones o aquello que la filosofía materialista o capitalista nos ha enseñado como parte de la felicidad, porque no se trata de cuánto tienes, sino de cómo lo disfrutas. No se trata de sólo ganar dinero, sino de cómo eres feliz con el proceso, de cómo impactas tu entorno, a las personas, al medioambiente, a la vida.

Por último, he aprendido a través de la experiencia, que siempre habrá la posibilidad de volver a comenzar, a forjarse nuevos caminos, nuevos propósitos, nuevas metas, nuevas personas, nuevas cosas. Bienvenido lo nuevo, porque todo lo que se ha ido, es porque no te hace falta, y todo lo que está destinado a ser, llegará tarde o temprano, pero es necesario que haya determinación y apertura a un cambio, y eso es una decisión absolutamente personal.

Te invito a renovar la mirada con fe, optimismo y muchas ganas de lograr todas tus metas.