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Creo fielmente que estamos avanzando a una era en la cual todas las soluciones estarán enlazadas, y donde ese concepto de competir con el de al lado se transformará en unirse con él para contribuir a la sociedad, por un bien común.

“La necesidad de innovar surge simplemente por la condición innata del ser humano por evolucionar hacia un cambio positivo de manera eficiente, dando respuesta a una problemática o abarcando una oportunidad”.

Si bien esta afirmación parece sacada de una clase de emprendimiento de cualquier universidad promedio, y en efecto es correcta, es simplemente teoría barata que describe un escenario sin todas las variantes que tiene el proceso de innovar. Y tan importante como el proceso es el fin y el impacto que queremos lograr con nuestra idea diferenciadora.

Me llevó casi 5 años entender con claridad el fin que me motiva a ejercer la innovación. No fue sencillo, porque estaba contaminado con el discursillo de Silicon Valley, del cual me empapé luego de trabajar en una incubadora de negocios y escuchar frecuentemente que el objetivo era ser un rockstar, era forrarse, era dar un pitch de una app escalable y levantar un millonario cheque.

Pero qué hay detrás de todo eso si nuestra motivación no tiene un fin útil, una meta clara que no solo dé beneficios económicos, sino también nos permita trascender, dejar un legado para las generaciones que vendrán. Y fue ahí precisamente donde reparé y entendí que no tiene sentido crear soluciones que no tengan compromiso social.

Desde ese momento me prometí crear ideas innovadoras que tengan un aporte claro a la sociedad, a los grupos vulnerables, al medio ambiente, la flora y la fauna. Pero este cambió no podía ejercerlo sin mi equipo de trabajo, por lo que llevé estos nuevos valores a mi empresa Origo Lab, y comenzamos a crear programas y tecnologías bajo esta finalidad.

Los resultados han sido asombrosos, tanto a nivel de empresa como a nivel personal. Ahora mi trabajo es mi hobby y, lo que es mejor, comprendí que el dinero no es un fin, es tan solo un medio para lograr las cosas que nos hacen feliz en la vida, tanto así que creamos un juego financiero denominado 7×7, que busca llevar este modo de pensar a establecimientos educacionales. Lo hemos implementado en la Región de Los Lagos y ahora estamos trabajando en Arica y Los Ríos con el apoyo de Corfo.

Además, creamos Master Profe, un programa para transformar a docentes en actores de cambio, llevando conocimientos de emprendimiento e innovación a sus alumnos. Lo llevamos a 3 regiones, impactando a más de 10 mil alumnos y hoy estamos creando un aula virtual para los profes de todo el país.

En el área de tecnologías estamos creando HydraSolution, un colector solar para llevar la luz natural a espacios confinados, disminuyendo los costos para personas y empresas, y siendo un aporte a la reducción de contaminación por producción de energía convencional.

Creo fielmente que estamos avanzando a una era en la cual todas las soluciones estarán enlazadas, y donde ese concepto de competir con el de al lado se transformará en unirse con él para contribuir a la sociedad, por un bien común.

Este es el momento en que debes decidir entre crear una solución para algunos pocos o para la sociedad del futuro en su totalidad.