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Uno de los puntos que me ha llamado la atención en el mundo laboral, es que muchas personas se han acostumbrado a trabajar esperando ser reconocidos, actitud que nos puede generar estrés, ansiedad y nos aleja de la felicidad, bajo una necesidad de aprobación constante. En algún momento también me encontré en situaciones similares y no ha sido fácil reconocerlo, porque creo que mi propia inseguridad me llevó a trabajar esperando un constante reconocimiento en relación a la calidad del trabajo entregado. No me refiero a algo económico necesariamente, pero si a un comentario positivo o felicitación y el problema comienza cuando esto no ocurre.

Pienso que es importante en el ámbito laboral que aprendamos a reconocer nuestras motivaciones, potenciar la seguridad en cada uno de nosotros, identificar si estamos desarrollando nuestro propósito y descubrir si nos hace o no felices las funciones que cumplimos en el día a día.

Muchas veces sin tomar consciencia buscamos ese reconocimiento para sentirnos seguros, para reforzar nuestro ego ya sea disminuyéndonos o elevándonos por sobre los demás y le hemos estado otorgando ese poder a otros, lo que nos vuelve incluso mucho más vulnerables.

Ahora, también es cierto que el reconocimiento es clave y puede convertirse en un motor motivante a la hora de desarrollarnos profesionalmente, necesitamos sentirnos validados emocionalmente porque desde pequeños hemos adquirido este hábito, quizás nos acostumbramos a los premios cuando niños al portarnos bien, a las caras felices y estrellitas por cumplir con las tareas de la escuela, pero hoy, me gustaría liberarme completamente de la necesidad de aprobación constante.

Frente a esto, no me refiero, a que no nos preocupe la calidad del trabajo, si no que muy por el contrario trabajar bajo un estándar de calidad que nos permita estar tranquilos y disfrutar nuestro trabajo sin esperar esa tan ansiada estrellita.

Cuando un trabajador cae en la necesidad de aprobación constante suele experimentar ansiedad, inseguridad y malestar y el no poder manejarlo impide su bienestar, por lo que podríamos comenzar trabajando la seguridad personal y la autocompasión. Tomar consciencia y reconocer cuántas veces la mente nos juega malas pasadas. Lo primero, es reconocer esas situaciones para ir cambiando más adelante nuestros pensamientos y creencias. El primer paso es darnos cuenta.

Finalmente, y desde lo práctico pienso que aprender a aceptar que no podemos gustarles a todos, es fundamental. Laboralmente vamos en algún momento a recibir críticas que desaprueben alguna parte de nuestro trabajo y acá es clave empezar a encontrar la calma y separar aquello que nos permite crecer y mejorar y no necesariamente tomarlo desde lo negativo disminuyéndonos y haciéndonos sentir que no somos lo suficientemente buenos, sino que por el contrario tomarlo como aprendizaje.

Para concluir, es importante olvidarnos de las estrellitas en esta búsqueda de aprobación constante, ya que solo nos hacemos daño cayendo en trastornos de ansiedad y estrés, comenzar a querernos y confiar en nosotros mismos, pero paso a paso sin autoexigirnos.