Columna escrita por Carolina Saavedra.
La psicología identifica una serie de trastornos que están relacionados con el control del ego, desde un trastorno histriónico de la personalidad hasta uno narcisista, pero me he dado cuenta, que más que tipos de trastornos diagnosticados, nos cuesta reconocer que, en diferentes situaciones cotidianas, consideramos que el mundo gira en torno a nosotros, como si estuviéramos en una telenovela o película donde somos el o la protagonista y nos vemos tentados en colocarnos al centro de todo.
Creamos una especie de imán que nos impulsa a arrastrar todo lo que ocurre a nosotros mismos, y es probable que esta revelación nos moleste, pero si no nos detenemos, solo lograremos generar una cadena de sufrimiento sin aportar en la solución e incluso perjudicándola aún más con nuestros miedos, culpas e incluso rabia y sentimientos de incapacidad.
Constantemente nos enfrentaremos a situaciones desagradables y no tenemos control frente a ello, pero el cómo actúo frente a estos sucesos sí será nuestra decisión. Dejar de ponernos en el centro de todo es una invitación a dejar de sufrir y comenzar a actuar.
En mi caso lo he experimentado con mi hija Agustina y el autismo, debido a que me puse en el centro en muchas ocasiones. Lo que a mí me pasaba, lo que yo sentía, lo que yo quería. Es decir, trasladé todo a mi telenovela donde soy la protagonista, manteniéndome en un estado de sufrimiento al no comprender que esto no se trata de mí. Y el problema es que muchas veces nos quedamos estancados en vez de aceptar y desde la aceptación avanzar.
Creo que, para no caer en estas trampas podemos poner más atención a como nos comportamos en el día a día. Por ejemplo, cuántas veces damos respuestas defensivas y argumentativas solo con el fin de estar en lo correcto y que las cosas se hagan tal y cual nosotros queremos o tomarnos todo de forma personal. La gran mayoría de las situaciones que ocurren en el mundo no tienen nada que ver con nosotros, pero cuántas veces nos cuestionamos la intención de otra persona y todo no es más que una especulación.
El creer que tenemos que controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor también es una práctica que nos vuelve a poner en el centro de todo, responsabilidades, trabajo, deudas, pareja, hijos y familia. El pensar ilusoriamente que si no estamos el mundo no va a seguir funcionando, pero la realidad es que lo hará de todas formas y en vez del desgaste emocional que conlleva la autopresión que ejercemos con nosotros mismos.
En la organización que trabajo hemos comprendido la importancia de incorporar y reconocer el mundo de las emociones, trabajar estos temas y plantear a través de nuestros programas e innovaciones que somos seres que se componen de cuerpo, mente y consciencia. Programas como “Umanoz” integrando el concepto de emprendimiento socioconsciente, “Propos-It” una metodología que conecta la creación de propósitos de vida con propósitos empresariales, “Sistema-C” una metodología enactiva para el autoconocimiento y la obtención de estados de consciencia, mediante prácticas contemplativas y la reestructuración emocional y también “Aula Consciente” un programa de socioemocionalidad basado en las inteligencias múltiples de Gardner, y que tiene como fin implementar actividades conscientes en función al control de las emociones desde el aula.
Te invito a salir del papel protagónico poniendo fin a las telenovelas personales para comenzar a vivir más felices, en bienestar, amor y en el ahora.