Columna: Sharif Laibe
Cuando comenzamos en el mundo del emprendimiento y la innovación, se nos comenta que uno de los aspectos a valorar es la guía de un mentor, ya que mediante la experiencia de alguien más avezado en esta materia podemos adquirir conocimientos, técnicas y métodos, que nos permitan aumentar el valor de nuestra iniciativa y su impacto en el futuro.
Las ventajas de tener un mentor son muchas, y es por esta razón que se ha vuelto un eje crítico a la hora de emprender e innovar, tanto así que en múltiples países del mundo existen redes de mentores con foco en industrias y sectores específicos, puestos a disposición de los emprendedores como pilar fundamental de ayuda.
El proceso de mentoring se compone de un mentor, que es quién asesora, y el “Mentee”, quién es el que recibe el beneficio, o sea el emprendedor y/o su equipo. En este camino el ambos deben generar una relación de ayuda y aprendizaje, ya que el mentor al aplicar la metodología se nutre del conocimiento y de la experiencia.
¿Por qué tener un mentor?
Experiencia: Los mentores son siempre personas que tienen un grado de especialización en una industria o materia específica, y que según su experiencia han logrado posicionarse como referentes en el sector. Más allá de lo que estudiaron en la universidad lo clave es el recorrido que el mentor ha hecho en su vida.
Conoce el mercado: Como experto, y persona que trabaja en el mercado que queremos ingresar, el mentor aporta con conocimiento profundo de la industria, y puede ayudarnos a comprender mejor las reglas de este escenario.
Contenido y Conocimiento: El mentor cuenta con conocimiento y contenido puesto a prueba, y sabe qué es válido y atractivo para el sector, y qué no. Por eso debemos escucharlo atentamente si queremos que nuestro negocio crezca y se cumplan los objetivos que hemos trazado.
Proyecciones: El mentor conoce el mercado y ya se ha interiorizado en tu proyecto, por lo que ya posee las herramientas para proyectar tu emprendimiento, habilidad que poseen sobre todo los mentores certificados y que trabajan con una metodología seria.
Observación: Un mentor es otro innovador o emprendedor que ha pasado por éxitos y fracasos, al igual que nosotros, por eso ha pulido su capacidad de observar problemáticas y entregar soluciones, por lo que debemos confiar en su criterio.
Autocrítica: El mentor nos fomenta la autocrítica para ver los puntos débiles que debemos mejorar, botando la barrera del enamoramiento que tenemos con nuestro proyecto. Un mentor debe generar un cambio de perspectiva del mentee.
Claridad: Al conocer la industria en donde nos desenvolvemos, el mentor posee claridad de los pasos que debemos y no debemos seguir, por lo que es necesario seguir su guía y disminuir la probabilidad de fracaso.
Redes: Quién lleva años de trabajo en una industria específica posee redes, y al acceder al mentor, también accedemos a su ayuda conectándonos con potenciales clientes, proveedores y aliados, aumentando las instancias de networking para nuestro emprendimiento, lo que es uno de los ejes claves del éxito de los proyectos en esta materia.
Confianza: El mentor debe ser considerado en nuestro círculo más cercano. A él le entregamos datos confidenciales de nuestra empresa, por lo que no debe existir una barrera entre las partes y debemos darle absoluta confianza al mentor para que pueda intervenir en nuestro negocio, tal como un médico resuelve una enfermedad.
Crecimiento personal: Un mentor tiene como finalidad influir de forma positiva en una iniciativa, pero también tiene como foco ser un aporte para el crecimiento personal del mentee, aportando más allá de aspectos técnicos y comerciales. Personalmente, creo que un mentor debe fomentar la empatía y la ecuanimidad como aspectos básicos, sin esto es un aporte vacío que lo puede dar cualquier asesor.
¿Qué debo saber al elegir un mentor?
Como en todos los mercados, en el mundo de la innovación y el emprendimiento, también existen personas inescrupulosas que sólo quieren obtener dinero y terminan dañando al proyecto más que ayudarlo. Para evitar esto, sigue los siguientes consejos:
Nunca confíes en un autoproclamado mentor o coach.
Pide que te entregue antecedentes de los últimos 5 proyectos que aplicó mentoría.
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- Consulta con estas 5 empresas los resultados obtenidos.
Acude a un mentor certificado por alguna red de mentores. Tienen conocimiento, una metodología probada y una técnica para resolver tus desafíos.
- Consulta con estas 5 empresas los resultados obtenidos.
No confíes nunca en inspiradores, visionarios, rockstars ególatras o gurús.
El mentor lo eliges tú, debes asumir la responsabilidad de seleccionar correctamente.
El mentor que selecciones debe conocer tu industria.
Mide la capacidad de escuchar de tu mentor. Si no es capaz de entender la problemática que resuelves muy difícilmente entenderá tu proyecto.
Debes exigir compromiso por parte del mentor. Si no le interesa realmente tu proyecto, llega tarde a la sesiones o parece desconectado, es mejor prescindir de él.
No esperes que el mentor resuelva todos tus problemas. El mentor no es un integrante del equipo.
Deja de lado el apego por tu iniciativa y la aversión hacia la competencia en el proceso de mentoring.
Exige un plan de acción claro por parte del mentor.
Descarta a aquellas personas que afirman ser destacados especialistas o reconocidos líderes. El liderazgo, como así nuestras virtudes, deben ser reconocidas por otros, y nunca por nosotros mismos.
Un mentor de emprendimiento e innovación, deber haber emprendido o innovado. No basta con haber trabajado en una incubadora, en el estado o haber sido docente. La innovación es experimentar, por lo que quién no lo ha hecho difícilmente podrá dar un buen consejo.
Es importante agregar que el proceso de mentoring requiere de humildad de parte del mentee y una amplia capacidad de escuchar. Evidentemente elegiremos a un mentor que sabe más que nosotros, de lo contrario sería contraproducente, por eso debemos aprovechar nuestras sesiones con él y aprender al máximo de su experiencia, éxitos y caídas.